martes, 5 de abril de 2011

Revisionismo

Escuela revisionista
Dentro del movimiento marxista, la palabra “revisionismo” es usada para referirse a varias ideas, principios y teorías basadas en una revisión significativa de las premisas fundamentales de la ideología político-económica concebida originalmente por Karl Marx en el siglo XIX.[1]
El término ha sido históricamente usado por parte de aquellos marxistas que creen que tales revisiones son injustificadas, por lo que representan un abandono o traición de lo que ellos mismos interpretan como la variante “más pura” del marxismo. Por lo tanto, como “revisionismo” fue adquiriendo una connotación negativa con el paso de las décadas, actualmente pocos marxistas se autodefinen como “revisionistas”.
El término genérico opuesto a revisionismo es dogmatismo, el cual también es usado por los propios marxistas.
¿Qué se le criticaba al marxismo?
El revisionismo le criticaba varios aspectos de su teoría al marxismo.
Cuanto a la lucha de clases, Bernstein en un principio le criticó que la lucha de clases y las transformaciones no son el único motor de la Historia. "El verdadero socialismo no quiere derribar el orden de las clases; quiere basar las clases en una organización del trabajo que será para todos mejor que la organización actual", complementaba Jaurés criticando a la política antidemocrática y violenta del marxismo. Por último el socialdemocrático Struve, quiso demostrar que el Estado tiene un carácter independiente, por encima de las clases.
Por otro lado, mientras que Marx predecía que el capitalismo comercial y financiero cedería su puesto al industrial, el crecimiento enorme de los trusts y de los holdings, demostró que por el contrario, el capitalismo moderno es cada vez un capitalismo bancario.
La última gran crítica que realizan los revisionistas, y en especial Bernstein, es el error de Marx en predecir que la concentración industrial no había producido un efecto masivo de desocupación de los pequeños burgueses. En cuanto a la clase obrera, su empobrecimiento había sido contrarrestado por el desarrollo de las cooperaciones.
El revisionismo histórico es el estudio y reinterpretación de la historia. Tiene un uso académico legítimo y otro peyorativo. Su uso académico se refiere a la reinterpretación de hechos históricos a la luz de nuevos datos, o nuevos análisis más precisos o menos sesgados de datos conocidos. Su uso peyorativo se refiere a la manipulación de la Historia con fines políticos, prescindiendo del método científico y la revisión por pares, y por ello en este caso se considera una práctica pseudocientífica (véase por ejemplo el negacionismo).
El revisionismo presupone que entre los historiadores, o el público general, existe una forma generalmente aceptada de entender un acontecimiento o un proceso histórico y que
hay razones para ponerla en duda. Esas razones pueden ser de distinto tipo: la puesta en valor de nuevos documentos, el cambio de paradigma historiográfico; o también el cambio de los valores desde los que se observa el pasado. En los casos de revisionismo no académico o pseudocientífico suele acusarse a quien lo practica de dedicarse al uso político de la historia y de no respetar la neutralidad y el espíritu crítico en la relación con las fuentes considerados básicos en el trabajo del historiador.
El revisionismo histórico es el estudio y reinterpretación de la historia. Tiene un uso académico legítimo y otro peyorativo. Su uso académico se refiere a la reinterpretación de hechos históricos a la luz de nuevos datos, o nuevos análisis más precisos o menos sesgados de datos conocidos. Su uso peyorativo se refiere a la manipulación de la Historia con fines políticos, prescindiendo del método científico y la revisión por pares, y por ello en este caso se considera una práctica pseudocientífica (véase por ejemplo el negacionismo).
El revisionismo presupone que entre los historiadores, o el público general, existe una forma generalmente aceptada de entender un acontecimiento o un proceso histórico y que hay razones para ponerla en duda. Esas razones pueden ser de distinto tipo: la puesta en valor de nuevos documentos, el cambio de paradigma historiográfico; o también el cambio de los valores desde los que se observa el pasado. En los casos de revisionismo no académico o pseudocientífico suele acusarse a quien lo practica de dedicarse al uso político de la historia y de no respetar la neutralidad y el espíritu crítico en la relación con las fuentes considerados básicos en el trabajo del historiador.

El revisionismo académico

En el ámbito académico, la revisión de las formas de entender el pasado forma parte de la tarea del historiador profesional. Una de las grandes polémicas revisionistas vino con el segundo centenario de la Revolución francesa, con la llamada querella de los historiadores. Las explicaciones estructurales y marxistas de la década de 1960 fueron puestas en duda por historiadores que enfatizaban las decisiones políticas y la ideología, y que colocaban al terror como su motor explicativo.[1] A partir de esta polémica ha sido habitual en algunos ámbitos académicos denominar revisionistas a los historiadores que utilizan explicaciones de los procesos históricos en términos de cultura política, ideología y decisión, en vez de estructuras sociales y condicionantes económicos.
En el mundo anglosajón y en menor medida el francófono es muy común que la palabra revisionismo aparezca en el título de obras académicas haciendo referencia a su sentido más literal. Por ejemplo, S.P. MacKenzie, un historiador militar estadounidense, se sintió incómodo con el trato que la historiografía daba al compromiso de los soldados con la causa en los ejércitos revolucionarios. Ya fuese el ejército puritano de Cromwell, el de la leva en masa de la Revolución francesa, el Ejército Libertador de Simón Bolívar,
las Brigadas Internacionales en la guerra civil española, o las Waffen SS de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, le pareció que en demasiadas ocasiones se atribuían sus buenos resultados militares al compromiso ideológico de los soldados y no a
su número, su armamento, o a la pericia de los oficiales. Emprendió entonces una tarea revisionista: se documentó sobre esas unidades militares y su comportamiento en diferentes batallas, victorias y derrotas, y lo comparó con el de las unidades regulares. El resultado le pareció inequívoco: los historiadores en muchas ocasiones habían atribuido los éxitos militares de esas unidades al compromiso de los soldados, aunque la comparación sistemática muestra que en circunstancias similares un ejército regular hubiese vencido de la misma manera.[2]
A veces, el simple paso del tiempo permite cambiar la perspectiva a la comunidad historiadores, pues un punto de llegada diferente invita a evaluar de forma nueva la trayectoria histórica pasada. Por ejemplo, parte de la historia económica y política española de la década de 1960 comparaba la España de Franco con las democracias europeas y veía la trayectoria del país desde siglo XIX como un fracaso: fracaso de la industrialización, fracaso del liberalismo político.[3] Durante la década de 1990, desde los mismos valores se podía mirar al pasado, en especial al período de la restauración (1874–1923) y encontrar muchos rasgos positivos que permitieron desembocar a finales del siglo XX en una democracia avanzada. En vez de buscar en la historia los elementos que explicaban el punto de llegada «fracaso» (como la inexistencia de una revolución burguesa), algunos historiadores revisaron la historia y buscaron precursores del «éxito» (Como la práctica parlamentaria casi ininterrumpida entre 1834 y 1923).[4] Estos cambios de interpretación suelen venir acompañados de controversia historiográfica dentro del mundo académico.
Cuando se habla de "corriente histórica" significa que un grupo de historiadores coinciden con una interpretación del pasado. En los módulos 7-8 se hace mención a dos de ellas, la liberal (u oficial) y la revisionista. Estas dos corrientes no son las únicas, también existen la marxista, neorevisionista, la escuela de los anales, la escuela alemana, y otras más.
La historia estudia lo realizado por los seres humanos. La historia es escrita por los seres humanos. El ser humano tiene ideas políticas y ellas conciente o inconcientemente se ven reflejadas en su trabajo histórico.
La historia es escrita e interpretada por hombres de acuerdo a sus ideas políticas. Por ello la objetividad completa no existe en la historia. Por lo general, la historia ha sido utilizada para transmitir ideas políticas al pueblo desde la educación primaria. Allí, en las ideas del autor, podemos ver qué idea tiene acerca del país, a qué cosas le otorga importancia, qué hechos fueron positivos y negativos
[el+revisionismo.gif]

No hay comentarios:

Publicar un comentario